Lo cierto es que una buena idea mal vendida se convierte en una mala idea o por lo menos en una idea dudosa. Convencer a los demás "enamorar" a aquellos que nos escuchan no es nada fácil. Para aprender a vender, primero hay que aprender a comunicar.
En algunos programas de escuelas de negocio esto lo saben bien, y lo practican a través de un ejercicio que se denomina el "elevator pitch" o la "charla del ascensor". Se trata de un juego situacional en el que en un minuto, un interlocutor tiene que venderle una idea a un potencial cliente, alguien interesante que se ha encontrado precisamente en el ascensor.
No es un buen momento para ponerse a hablar del tiempo, dispone de un minuto (un tiempo demasiado largo en un ascensor de verdad ¿cuál puede ser el objetivo de esa charla de un minuto?
(continuará...)
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