- ¿Para qué felicitar por algo que es nuestro trabajo, que se ha de hacer bien y por lo que se nos paga?
- No hay tiempo para felicitar. Hay cosas mucho más urgentes que resolver en cada momento.
- Felicitar a alguien puede implicar el reconocer que se le está pagando menos de lo que se merece.
- Reconocer eso implica además una cierta pérdida de autoridad frente al empleado.
Sin embargo, el no felicitar y reconocer el trabajo bien hecho puede conllevar la desmotivación del equipo y más allá aún, la pérdida de confianza en las propias posibilidades. Si reconocemos el buen trabajo de los empleados, estaremos creando una atmósfera positiva y contagiosa de positivismo que redundará en la productividad del empleado.
¡Es importante no darlo por hecho y reconocer el buen hacer diario!En vez de considerar que es perder el tiempo, el buen jefe debe "invertir" tiempo en reconocer a sus empleados. E invertir ese tiempo implica según Charles Condie, tomarse el tiempo necesario para valorar y felicitar la contribución de cada colaborador.
[1] Artículo publicado en el suplemento Ecoaula del periódico El Economista (19/11/2008) [2] Charles Condie es Director Comercial de Gustav Käser Training International
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