Caso empresarial Creación de Empresas

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Corría el mes de mayo de 2008 y el proyecto MATERIALES HÍBRIDOS LAMINADOS seguía viento en popa, su promotor principal, José Carlos Sánchez, un investigador de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales de la Universidad Politécnica de Madrid, estaba muy satisfecho con los logros alcanzados.

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Efectivamente, cuando José Carlos comenzó a estudiar las posibilidades de lanzar su investigación al mercado, no esperaba que fuese a despertar tanto interés: No sólo los servicios de la Universidad se habían puesto en marcha sino que además una empresa de capital riesgo, ACCIÓN CAPITAL S.G.F.C.R. ya había demostrado su intención de analizar un posible acuerdo de inversión por un porcentaje accionarial de la futura empresa.

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Todo estaba yendo demasiado deprisa. Aún así, José Carlos sabía que la mayor parte del trabajo le correspondía a él.

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El núcleo del proyecto empresarial lo constituía un material híbrido laminado fibra-metal constituido por capas de acero y material compuesto de matriz de viniléster y refuerzo de fibra de vidrio. Mediante la combinación de estos materiales, el posicionamiento y orientación precisas de cada capa, y la unión de las distintas capas entre sí mediante adhesivos estructurales elásticos se lograba como producto final unos paneles híbridos con prestaciones superiores a los materiales competidores.

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El resultado era magnífico: un material más ligero, resistente, tenaz y seguro, que podía ser diseñado a medida para atender los requerimientos específicos de cada zona de la estructura. Las aplicaciones típicas para el material podían ser la construcción y reparación de buques y estructuras offshore, elementos para el tablero de puentes, gradas de estadios, suelos técnicos, muros de protección...

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Los días avanzaban deprisa, las primeras pruebas preliminares eran positivas, tanto era así que una superestructura construida con este nuevo material híbrido presentaba unas reducciones teóricas de peso de hasta un 20% con respecto a los materiales tradicionales. La primavera avanzaba deprisa y bien entrado Junio, los inversores insistían en que necesitaban una primera versión del plan de negocio.

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José Carlos sabía que no tendría más de una oportunidad para convencerles. El plan estratégico revelaba algo que ya intuía, el objetivo prioritario de la empresa sería la construcción naval.

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Por su parte, el análisis de competidores indicaba que en todo el mundo sólo existía una empresa, la británica Intelligent Materials, en disposición de comercializar un material híbrido tipo sandwich aunque de menores prestaciones.

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El material híbrido de Intelligent Materials contaba con dos pieles de acero soldadas a unos perfiles perimetrales para lograr una cavidad estanca y un núcleo de poliuretano inyectado. Esto mejoraba la resistencia a flexión por unidad de peso aunque el producto era mejorable en términos de resistencia en el propio plano. No parecía una gran amenaza.

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Sin embargo, la mañana del 12 de junio, una noticia llegó al despacho de José Carlos en la Universidad, Intelligent Materials acababa de firmar un convenio de colaboración con un astillero coreano, uno de los más grandes del mundo.

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Suspirando, volvió a la redacción de su plan de negocio, a finales de mes se había comprometido a presentar una primera versión a los inversores de ACCIÓN.

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