Normalmente en este blog hablamos de empresas recién constituidas o que son un ejemplo de start-up, pero esta vez lo vamos a hacer de Peixerot, una cadena de restaurantes familiar que se fundó en 1918. Un caso perfecto de "intrapreneurship", emprendedores dentro de la empresa.
Puestos a pensar en cómo puede diversificar un restaurante sus líneas de negocio, la alternativa que propone Peixerot es toda una novedad: el segmento de los alimentos congelados. Si pensamos en congelados (La Sirena, Frudesa...) lo hacemos en judías verdes, menestra, palitos de pescado o pizza. ¿Qué puede aportar una PYME ante estos gigantes industriales?
La única baza está en la diferenciación y en encontrar un nicho de mercado. En este caso la diferenciación se encuentra en lo mejor que saben hacer, platos de buena cocina tradicional. Lejos de vender menestra o langostinos, esta empresa comercializa "Canelones de siempre", "La bona fideuá" o "Pulpitos de Vilanova en su tinta" ¿Toda una novedad verdad?
Lanzar esta línea de negocio no es barata y se han apoyado en una agencia de comunicación para proponer una completa estrategia de comunicación basada en su web. Alguna ventaja tendría que tener ser una empresa con casi 100 años de historia. Aún así, la idea que proponen es bastante buena, llevar sensaciones de restaurante al comedor de tu casa.
No intentes celebrar un aniversario con tu pareja a base de platos congelados y mejor elige un buen restaurante (acepta esta recomendación), pero, al menos ahora, tenemos una opción nueva muy orientada al usuario, al comportamiento de los consumidores de este tipo de productos. Una opción por la que, por qué no, estaríamos dispuestos a pagar.
¿Qué os parece?
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